Packaging Musical: carátulas que hicieron historia (II)

Nirvana – Nevermind. (1991).
Hoy, Spencer Elden, más conocido como el niño de Nirvana o “Nirvana Baby”, va camino de cumplir los 23 años; exactamente los mismos que la portada con el bebé bajo el agua tras el billete de un dólar que pasó a considerarse una de las más atrayentes de la historia de la música.
El álbum Nevermind era tan sólo el segundo de la banda, pero a día de hoy se calcula que cosecha más de 10 millones de copias vendidas, aparte de ser considerado el mejor disco de los años 90 y uno de los 20 mejores de la historia para Rolling Stone. Al año siguiente de ser publicado, desbancó a Dangerous, del mismísimo Michael Jackson, del número 1 del Billboard; y es que Nevermind tuvo un impacto increíble en la época, abrumando a Nirvana y popularizando lo que los medios no tardarían en llamar “grunge”.
Contrasta enormemente la colorida portada en tonos azules con la de su anterior álbum de debut Bleach, que recoge un fotograma en negativo del grupo en plena actuación y con las letras en blanco y negro.
La de Nevermind es una de las portadas mas míticas de la historia, pero su concepto surgió de casualidad. De hecho, la idea original consistia en hacer el packaging con la foto de un parto en el agua. Pero, ante la imposibilidad de encontrar una foto adecuada, Nirvana contrató a Kirk, un fotógrafo especializado en instantáneas bajo el agua, que además era submarinista… y amigo de los padres del Nirvana Baby.
La escena se inmortalizó en una piscina pública de Pasadena (California), en la que Kirk convenció a sus amigos para que le permitieran fotografiar a su bebé sumergido. El gancho con el billete se añadiría en postproducción, y la primera foto para un álbum nunca hecha por Kirk pasó a la historia musical.
A pesar de la inocencia de la fotografía, la discográfica propuso tapar con una pegatina las vergüenzas del bebé, a lo que Kurt Cobain replicó que no tendría ningún inconveniente siempre que en la pegatina indicara “Si esto te ofende, eres un pedófilo encubierto”. Curiosamente, la contraportada se libró de la polémica, a pesar de ser un collage de vaginas con enfermedades, trozos de carne y el Inferno de Dante, entre otras sorpresas.
Una sesión de fotos posterior añadiría fotos de una niña y de Nirvana bajo el agua, que también formaron parte del curioso packaging del álbum. En el 20 aniversario del disco, Spencer Elden repetiría la escena que nunca recordaría.
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Fuentes: wikipedia.org, huffingtonpost.com.