
Aunque no te hayas parado a pensarlo, convives a diario con objetos impresos utilizando la técnica offset, desde el calendario que cuelga en tu cocina hasta tu periódico de referencia. Si en el siglo XVIII la impresión a color se hacía mediante la técnica de la litografía, en el siglo XXI, la impresión offset sustituye a esa técnica, obsoleta y rudimentaria para las necesidades de impresión de hoy en día.
Y es que, si la impresión litográfica se caracterizaba por la utilización de planchas a través de las cuales se transfería la imagen o texto que se quería reproducir, en la impresión offset, el texto o la imagen se transfieren de manera indirecta. Es decir, la imagen va de la plancha al cilindro impresor y de éste, al papel u otra superficie a imprimir.
Es precisamente esta característica la que otorga a la impresión offset innumerables ventajas respecto a otros métodos de impresión (siempre que sea llevada a cabo por un profesional), ya que se puede utilizar en multitud de superficies diferentes (no sólo papel y cartón) y la imagen obtenida es de gran calidad; además, las matrices se producen fácilmente y duran más, las grandes tiradas pueden llegar a bajar considerablemente el precio por impresión, permite hacer retoques de manera relativamente sencilla… y un largo etcétera.
Algunos ejemplos de impresión offset:
Fuentes: unaventanadesdemadrid.com, wikipedia.org, insideink.wordpress.com, creativeedgechicago.com, mapimpresores.com.