
La historia parece sencilla. Dos colegas desde el instituto (Andy Katz-Mayfield y Jeff Raider) deciden que las actuales cuchillas de afeitar son caras y de mala calidad. Montan una start-up y, a los 10 meses, compran una antigua fábrica de cuchillas de afeitar alemana por 100 millones de dólares. Y lo consiguen: ya tienen sus propias cuchillas, con unos diseños y una calidad increíbles.
La historia comienza en el 2011, cuando Andy recibe una llamada de Jeff, en la cual su amigo se quejaba de su nefasta experiencia con marcas de cuchillas y cremas de afeitar muy reconocidas pero que, a pesar de sus promesas de marketing, su elaborado packaging y su alto precio, su calidad era considerablemente pobre. Entonces les empezó a rondar por la cabeza la idea de montar una empresa de cuchillas y material de afeitar de alta calidad y buen diseño, pero a precios razonables.
Sin embargo, pronto darían con una piedra en su camino: encontrar un proveedor que ofreciera un producto de calidad parecía tan imposible, que estuvieron a punto de tirar la toalla. Entonces, a finales de 2011, descubrieron Feintechnik, una antigua fábrica de cuchillas alemana situada en un pueblecito (Eisfeld) en el centro del país que, desde 1920, hacía cuchillas con una calidad igual que la que Jeff y Andy tenían en mente. En este punto decidieron que tenían que comprar la fábrica, a lo que los inversores respondieron que crearan la marca primero.
De esta situación viene la creación de la marca, a la que dedicaron practicamente todo el 2012. La agencia Partners & Spade se hizo cargo del branding, diseño gráfico y packaging, haciendo un gran trabajo: tipografías sencillas, colores sobrios, un packaging muy cuidado con los detalles justos, un gran logo y una paleta de colores que permite customizar el packaging:
Obviamente, tanto su web como su revista online (Five O’Clock) son acordes a toda la imagen de la marca:
En el 2013, Harr’ys se lanzó oficialmente, compra de la fábrica alemana incluida, y vendió más de 100.000 kits de afeitado en los primeros nueve meses, abriendo su primera barbería en Nueva York.
Fuentes: mashable.com, harrys.com.